Por María del Pilar Álvarez
con cualquiera que se ponga
la mejor, la gran milonga
que se habrá de perpetuar.
Entre La Pampa y el mar
y el que es mayor de los dos,
cielo estrellado de Dios
donde sus plantas están,
canto a la flor de Luján
canto a la Madre de Dios.
8 de Mayo, Nuestra Señora
de Luján, patrona de todo el suelo argentino.
¡Qué puede uno decir -que
es pequeño, limitado y falible- de la buena Madre, de la Madre santa! Parecen
duras y toscas las palabras que puedan surgir, en comparación con aquel
espíritu dulce, sereno y armonioso de nuestra amada Virgencita. Sobran hechos,
agradecimientos y plegarias, pero faltan las palabras con que expresarlos.